Escuché sobre La Escuela de Cristo (SOC) a través de mensajes en línea recomendados por otros pastores con los que estoy asociado. Tuve el privilegio de estar al servicio del hermano Clendennen hace unos 15 años en Berea, KY. Nunca olvidaré el quebrantamiento que sentía mientras el Hombre de Dios predicaba, y después del servicio, vino caminando por el pasillo y me rodeó con sus brazos para animarme. Entonces, después de buscar en el sitio web de la SOC y en la página de Facebook, encontré que las lecciones de la SOC se ofrecían en línea. Fue ordenado por Dios. Hubo hambre de que más del Señor naciera en mi Espíritu. He estudiado la Biblia y he seguido a algunos grandes hombres de Dios, pero había llegado al punto de querer conocer a Jesús de una manera más íntima. Como escribió el apóstol Pablo: “A fin de conocerle”. Este era y es mi deseo. La oportunidad de estudiar el currículo de la Escuela de Cristo y entregarme a la oración y revelación del Espíritu de Dios hizo esto posible. He podido conocerlo más que nunca.

Usé las lecciones como una devoción diaria mientras conducía al trabajo durante al menos una hora. Algunos días escuchaba más, pero quería tomar solo un poco por un día. Me permití orar y meditar sobre cada lección para obtener más de lo que se enseñaba.

Fue asombroso experimentar cómo el Señor obra dentro del corazón de un hombre para revelar Su corazón hacia la humanidad. A veces ese trabajo era muy convincente; otras veces, ir más alto se volvía un desafío. También despertó en mí el hambre de continuar predicando este glorioso Evangelio a quien y donde pueda. Sobre todo en un momento de urgencia como este.

Dios ha abierto recientemente una oportunidad para llevar este Evangelio a Nepal, y creo que el entrenamiento de los caminos de Dios a través de la Escuela de Cristo será de gran ayuda para llevar esta buena noticia a esta gente maravillosa.

Gracias nuevamente a la Escuela de Cristo y a Nuestro Señor Jesucristo por esta oportunidad. Dios los bendiga a todos.